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miércoles, 26 de septiembre de 2012

El rey que se empeñó en resolver los problemas de su país


Un día un rey se sentó a analizar el por qué en su país habían tantos problemas y llegó a la conclusión de que era por la pobreza que existía en numerosos lugares, se dijo que solo era una cuestión de dinero y que él iba a resolver eso de una forma muy fácil. Un día salió desde horas tempranas de la mañana por los caminos de su territorio cargando consigo un saco lleno de dinero. En su recorrido se encontró con un señor que con una mirada triste y pensativa estaba sentado sobre una piedra que estaba a un lado del camino.


-¿Qué le pasa buen hombre? Veo que su rostro está entristecido- Preguntó el rey.

-Es que debo mucho dinero de la renta de la casa, tengo una familia que mantener y no tengo trabajo por lo que ya no tengo esperanza de conseguir el dinero para pagar tantos atrasos y llevar de comer a mi familia- Contestó el hombre.

-¡Pues hoy acaban sus problemas! Le daré dinero suficiente para que page todas sus deudas, se compre una casa y le quede dinero por mucho tiempo- añadió el rey.

-Eso se escucha muy bien, pero aunque page mis deudas y tenga una casa propia ¿Qué aré cuando si no consigo un trabajo y se acabe el dinero? Mejor agradecería que usted me diera un trabajo y así me ganaría el sustento de cada día- respondió el hombre.

-Veo nobleza en ti buen hombre, por eso he decidido darte un trabajo, pagar tus deudas y regalarte una casa. Resolveré los problemas de mis tierras repartiendo dinero a los pobres para que así puedan adquirir bienes y de esta forma erradicar la pobreza en mi pueblo- dijo el rey.

-¡Gracias su majestad! Sus ideales son buenos y sé que se apaciguaría la pobreza de esa forma, pero ¿no ha considerado que es mejor crear fuentes de empleo para que así cada uno se esfuerce por ganar el sustento diario? Porque puede pasar lo que le mencioné en mi caso, cuando gasten el dinero ¿cómo se sustentarían si no tienen una base segura de ganar por lo menos para lo básico? Porque aunque muchos usarían su capacidad para seguir produciendo ganancias, otros lo malgastarían. También se deben mejorar los sectores de la educación y de la salud, porque en realidad esos sectores están en condiciones precarias y mientras más ciudadanos preparados y mejores atenciones en los centros de salud tiene un pueblo, mayor productividad representa, de esta forma se erradicaría la pobreza. El dinero no resuelve todos los problemas, más bien se convierte en un problema para algunos- aconsejó el hombre.

-Al parecer tus ideales son mejores que los míos, vamos al palacio, desde hoy trabajas como mi consejero- afirmó el rey.

Y así se dirigieron al palacio a planificar la forma de resolver los problemas del pueblo. Al cabo de un tiempo se crearon fuentes de empleo y se mejoraron los sectores de la educación y de la salud en gran medida. De esta forma se fue erradicando la pobreza poco a poco, hasta que por fin el pueblo llego a tener económicamente un equilibrio estable.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El recorrido



Era una vez una princesa que se extravió durante una fiesta en una zona rural un poco retirada del palacio. Ella estaba muy preocupada y asustada al ver que se había quedado sola en aquel lugar desconocido ya que los carruajes del palacio se habían ido sin notar su ausencia.  Desesperada empezó a buscar ayuda entre los lugareños, pero nadie se ofrecía a ayudarla por temor a que luego fuesen acusados de secuestradores. De pronto, se le acercó un joven lugareño quien se ofreció a llevarla de regreso al palacio. Le aclaró que aunque fuese una princesa, no se humillaría ante ella, ni soportaría sus caprichos durante el recorrido.

En el camino se presentaron varias dificultades mientras caminaban y en muchas ocasiones él actuaba indiferente, ella le preguntaba “por qué él era tan salvaje, que ella no comprendía su indiferencia ante algunas circunstancias”. Él le respondió que tampoco comprendía lo ñoña que era ella,  a lo que ella respondió que no se atreviera a tocarla bajo ninguna circunstancia, y él dijo que no le interesaba porque no era de su ambiente y no le agradaba juntarse con personas que como ella se sentían más importantes que otras. Ella iba todo el camino quejándose de por qué la llevaba a pie ya que al ser una princesa, no estaba acostumbrada a caminar mucho. Por su parte el joven se puso a cantar mientras la princesa le decía: “¡mira plebeyo te estoy hablando!”.

De repente vieron que venía un rebaño de ovejas y la princesa asustada le dijo: - oye ¿que son eso animales, me pueden hacer daño?-. Él para hacerle “la maldad” le dijo: sí, esos animales te pueden morder: cúbrete y rápidamente escaló un árbol y ella desde abajo le decía asustada: tarado ayúdame, no quiero que me muerdan. A lo que él contestó: sube por ti misma, no puedo tocarte, eso me dijiste. Ella asustada le ordenó que la subiera. Mas él contestó: wuey… a mí nadie me da órdenes así. Ella volvió a ordenarle, a lo que él hizo caso omiso. En una, las lágrimas de la princesa asustada brotaron de sus ojos y con la mirada más tierna que sin darse cuenta había puesto le dijo: por favor súbeme. Al mirar sus tiernos ojos, el joven contestó: Está bien. Sujetándola la subió al árbol, ella se aferró a él llorando, y él le dijo: hey… mantén la distancia, pero ella no lo escuchaba, temblaba de miedo. El joven había perdido a sus padres cuando era muy niño y ese abrazo le trajo tiernos recuerdos, le dijo a la princesa: hagamos un trato, no estés de mandona ni te creas la persona más importante mientras estés de camino conmigo y no permitiré que nadie se atreva a hacerte daño. Ella aceptó la propuesta y continuaron con el recorrido.

Iban en silencio, ella lo miraba y él a ella, pero no hablaban. De repente ella le dijo que tenía hambre y él le respondió que lo esperara sentada en una roca que estaba cerca del camino mientras él entraba al bosque en busca de algunas frutas. La princesa le manifestó que no quería quedarse sola y que le permitiera acompañarlo, cosa que él aceptó entrado juntos al bosque. Luego de unos minutos encontraron un árbol de naranjas,  el joven subió y cortó algunas naranjas, ella le preguntó que cómo las pelaría al no tener un cuchillo para hacerlo y él le contestó que para eso tenía las manos y así lo hizo. Mientras ella observaba y admiraba esa extraña forma de pelar las naranjas, le preguntó cómo había aprendido, a lo que él respondió que personas como él tienen que aprender a sobrevivir y a buscarse la comida como se pueda. Que no vivían la vida como ella que lo tenía todo.

Añadió que si en ese momento ella estuviera en el palacio y él fuera a visitarla sus guardas no le permitirían pasar. Ella le dijo que si la fuera a visitar le permitiría entrar. Él le exclamó: no confíes en eso, tú estás dentro del palacio, no sabes lo que pasa afuera.

Una vez traté de entrar, sólo para observar, el jardín del palacio, pero me denegaron el acceso, más como soy tenaz, me las ingenié para ingresar por otro lado. Estando ya en plena contemplación del jardín, uno de los guardas me sorprendió y sujetándome fuertemente me llevó a un calabozo con el cargo de que estaba tramando algo en contra del reino. Ahí estuve por una semana y cuando me sacaron me llevaron afuera comunicándome que no me atreviera a volver. Les contesté que no me interesaba porque todos eran unos salvajes y eso me costó el destierro, razón por la cual no aparezco en ningún listado como ciudadano de estas tierras y por ende no tengo derecho a nada.

Perdí a mis padres siendo un niño. Antes vivía maravillado de las cosas que parecen hermosas, pero me di cuenta que muchas de ellas solo son apariencias ya que su interior no coinciden con la belleza que pretenden demostrar, por esa razón no tomes a mal ni veas raro que nadie aparte de mí se hubiese ofrecido a ayudarte a llegar. Yo tuve que aprender a vivir por mí mismo y las personas humildes son las que me han echado la mano, no tengo nada contra ti, pero las personas de tu clase no me agradan. Ella en su defensa argumentó que era diferente y que no sabía nada de eso. Él le respondió: no lo sabías y si fuese por los de tu clase nunca lo hubieses sabido. Como eres una princesa te enseñan a vivir una vida sin preocupaciones y que solo veas lo bueno desde dentro del palacio. Mejor cambiemos el tema y sigamos el camino. Y así continuaron con su recorrido.

Nuevamente se hizo el silencio: solo se escuchaban sus pasos y se percibían los cruces de las miradas entre ellos. Como estaba oscureciendo tuvieron que buscar un lugar donde acampar, ella le preguntó si pasarían la noche afuera y él le contestó que no había otra manera y que tendría que buscar un lugar donde ella pudiera dormir. Él estuvo de vigilia toda la noche cuidando que nada le pasara.

Al día siguiente mientras caminaban, él un poco con sueño por no haber dormido nada se quedaba por momentos neutro y ella al darse cuenta le pidió que descansara un rato. Él le dijo que estaba bien pero ella insistió hasta que él cedió. Él le aconsejó que no se moviera de su lado para que cuando se despertare se fueran inmediatamente sin tener que andar preocupado buscándola. Ella accedió. Cuando el joven se durmió, la princesa se sentó cerca observándolo atentamente hasta que despertó. Mas tarde retomaron el camino.

En el castillo todos estaban muy preocupados y cuando uno de los guardas reconoció que el joven que acompañaba a la princesa era el mismo que había sido encarcelado tiempos atrás, lo acusó de raptar a la princesa. Antes de que lo sujetaran él le susurró: -¿ves de lo que te hablaba? - Entonces ella se adelantó apercibiendo al guarda que si lo tocaba se arrepentiría y tomando al joven de la mano se dirigió hacia su padre y le contó lo que había sucedido durante todo el camino de vuelta al palacio.

Como resultado de esta noble acción, el joven fue incluido nuevamente en los listados de la nación, pudiendo así ejercer todos derechos que le fueron negados en su pasado.

Con el tiempo la princesa renunció al cargo de futura reina recayendo esta función sobre su hermana menor. Al cabo de unos años se casó en el jardín del palacio con aquel joven con quien compartió la aventura que significó el regreso a su hogar.

jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Aceptarías ser mi novia?




Ana y Héctor se conocían desde pequeños, sabían todo sobres sus vidas, fueron los mejores amigos. Cuando ambos llegaron a ser adolescente, Héctor se enamoró perdidamente de Ana, pero cuando él le dijo: -¿Aceptarías ser mi novia?- ella le dijo que sólo podía ser su amiga y nada más, entonces Héctor le dijo que le prometiera que su amistad seguiría siendo igual, que ella no cambiaría con él por esa declaración que él le había hecho, ella se lo prometió.

Con el tiempo Ana fue teniendo otras amistades y poco a poco se fue olvidando de Héctor, siempre le decía a las nuevas amistades: “Héctor está aficiaísimo de mí”. Ana conoció a un chico y a los 7 meses se hicieron novios. Ana ya había olvidado la promesa que le había hecho a Héctor y muchas veces despreciaba su presencia, ella solo hablaba de su novio, decía que sentía un amor inmenso por él, un amor que nunca había sentido antes, según ella. Con el tiempo Héctor se cansó de querer recuperar la amistad de Ana y se mudó a otra ciudad.

Ana se casó y tuvo dos hijos con aquel chico, el cual después de haberse casado con ella ya no era esa persona tan amorosa y tierna, sino que desde ahí fue que él se mostró ante ella como verdaderamente era, una persona que cada día que pasaba le causaba más sufrimiento a Ana. Héctor por su parte llegó a convertirse en un gran artista, uno de los mejores y de los más famosos, se hizo multimillonario.

Un día Héctor decidió invitar a Ana y a su familia a su casa y mandó una limosina a que los buscara. El esposo de Ana no fue, ya que él tenía tres días fuera de la casa porque estaba con un amigo y andaban de bonche, él había salido sin el consentimiento de Ana porque él decía que era el hombre, que él mandaba y hacia lo que se le antojara cada vez que él quisiera.

Cuando Ana (con sus hijos), llegó a casa de Héctor, notó que él no había cambiado, que aunque él quisiera darle otra impresión en su interior seguía siendo la misma persona, entonces le pidió que si podían hablar a solas, Héctor le dijo que no había ningún problema. Ana le contó sobre todos los sufrimientos que ella había pasado y le preguntó que si él se acordaba de aquella vez que le había dicho que si ella aceptaba ser su novia, y él le contestó que si, entonces ella le dijo que si él hubiese seguido insistiéndole ella hubiese aceptado porque ella también se sentía enamorada de él, que ella solo quería asegurarse de que en realidad él estaba enamorado de ella. Héctor le dijo que ella lo conocía perfectamente y sabia que él le había pedido que fuera su novia con sinceridad, pero que ella lo había despreciado y que alguien en solo meses superó toda una vida que él llevó apoyándola en todo y siendo un verdadero amigo, que aunque fuese verdad lo que ella le decía de aquel entonces, sobre que si él seguía insistiéndole y sobre que ella estaba enamorada de él también, si él fuese otra persona no le creería, sino que pensaría que ella le estaba diciendo eso por lo que en él se había convertido y por su fama o por lo que él había conseguido, pero que como ese cariño que siempre sintió hacia ella nunca cambió, él nunca lo vería así y que ella podía contar siempre con él porque él nunca dejó de ser su amigo aunque ella se hubiese distanciado de él en aquel entonces.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cada camino tiene su meta

Recuerdo que al salir del centro educativo de regreso a mi casa, cuando recibía clases en horas matutinas, muchos de mis compañero y yo caminábamos cierta distancia y a esas horas del medio día teníamos que caminar bajo la luz del sol soportando el calor que hacía, otros de mis compañeros tenían vehículos, unos carros y otros motocicletas. Algunos caminábamos y no nos deteníamos hasta llegar a nuestra casa, otros se detenía en algunos lugares para saludar o hablar con alguien o alguna otra razón. Los que tenían vehículos llegaban primero que los que no teníamos, pero al final cada uno llegaba a su casa.

De la misma forma pasa en la vida con las metas que nos proponemos alcanzar. Están los que caminan soportando y superando las dificultades que se presentan, tal como los que caminábamos soportando el calor del sol hasta llegar a la casa. También están los que por alguna razón tienen que detenerse a medida que busca alcanzar sus metas. También están lo que se representa en los que tienen vehículos, los que andan en motocicletas que a pesar de que andan bajo la luz y el calor del sol, su camino se hace más fácil que los que caminan, estos son los que reciben alguna ayuda y ellos tienen que esforzarse en algún trabajo para complementar esa ayuda a medida que buscan alcanzar sus metas; los que andan en carros representan a los que disponen de todas las facilidades para alcanzar sus metas sin la necesidad de realizar algún trabajo para conseguir recursos que necesite a medida que avanza en el logro de sus metas.

En conclusión, aunque unos tengan más facilidades que otros para alcanzar sus metas, si hay disposición, se logrará alcanzar la meta trazada ya sea en menos o más tiempo que otros, pero se logrará tener éxito mediante la persistencia.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Empezar otra vez


Yo antes vivía la vida muy a la ligera, sin pensar en consecuencias y me parecía de gozo y diversión, hasta que entendí que el verdadero gozo se encuentra en Dios.


El Señor Jesucristo es nuestro mejor amigo, el cual nos ama sinceramente y que con su grandioso amor nos da alegría, esas son las palabras que se corean en mi hogar todas las madrugadas al momento de orar y entregar el nuevo día a nuestro padre celestial. Yo nunca puse interés por entender el significado de esas palabras, ni el por qué nos reuníamos para leer la palabra de Dios, yo solo participaba porque lo tenía como rutina.


Somos una familia de cuatro integrantes: mi padre, mi madre, mi hermano y yo. Cuando mi hermano tenía seis años de edad padeció de poliomielitis y su cerebro quedó afectado a consecuencia de esta enfermedad, él perdió la capacidad de establecer conversaciones y de tomar decisiones por sí mismo, él solo repite lo que escucha de otras personas.


Yo estuve viviendo en el campo con mis padres hasta hacerme profesional y consideraba que mi estilo de vida era el mejor que alguien pudiera imaginar y el que todos deseaban, pues en todo oficio que ejercí desde que estuve en la escuela hasta hacerme profesional era considerado como el mejor de los mejores, en la escuela siempre tuve la mejor calificación y cuando me hice profesional me consideraban el mejor de mi área. Mientras estuve viviendo con mis padres, cada vez que nos reuníamos para adorar a nuestro padre celestial, físicamente siempre estuve presente, pero en mi mente estaba muy lejos. Los momentos en que nos reuníamos para meditar acerca de Dios eran los que yo elegía para pensar en lo que pretendía hacer en mi futura vida como profesional e independiente o para pensar cosas que eran más fantasía que realidad.


Cuando me independicé me mudé al pueblo y de vez en cuando visitaba a mi familia en el campo, no muy frecuente, porque consideré muchas veces mi trabajo más importante que cualquier otra cosa, pero un día fui de visita al campo y al momento de despedirme mi hermano me dijo que Jesús me ama, esas palabras ya era una costumbre para él decírmela, le dije: amén hermano, Jesús te ama también; como también era una costumbre para mi contestarle de esa manera. Ese día llegué a mi residencia y me recosté, pero mientras estaba yo recostado esas palabras de mi hermano hacia mí empezaron a rondar por mi mente y en ese momento reconocí que yo estaba actuando mal y fue cuando verdaderamente sentí el amor de Jesús en mí y desde ese día actúo diferente porque fue cuando verdaderamente le abrí mi corazón a Jesús.


A mí no tuvo que pasarme algo malo, ni algo sorprendente o sobrenatural para yo abrirle mi corazón a Cristo Jesús, como he escuchado a personas que dicen que necesitan escuchar un llamado especial para abrirle su corazón a Cristo y creer en él, nunca mis amigos terrenales me abandonaron haciéndome sentir una soledad en mi interior y así buscar de Cristo en ese momento, me bastó con recapacitar viendo lo que es tan obvio mediante lo que me hizo recordar mi hermano a través de esas palabras que desde hace tiempo inconscientemente me decía.


Jesús Te Ama