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jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Aceptarías ser mi novia?




Ana y Héctor se conocían desde pequeños, sabían todo sobres sus vidas, fueron los mejores amigos. Cuando ambos llegaron a ser adolescente, Héctor se enamoró perdidamente de Ana, pero cuando él le dijo: -¿Aceptarías ser mi novia?- ella le dijo que sólo podía ser su amiga y nada más, entonces Héctor le dijo que le prometiera que su amistad seguiría siendo igual, que ella no cambiaría con él por esa declaración que él le había hecho, ella se lo prometió.

Con el tiempo Ana fue teniendo otras amistades y poco a poco se fue olvidando de Héctor, siempre le decía a las nuevas amistades: “Héctor está aficiaísimo de mí”. Ana conoció a un chico y a los 7 meses se hicieron novios. Ana ya había olvidado la promesa que le había hecho a Héctor y muchas veces despreciaba su presencia, ella solo hablaba de su novio, decía que sentía un amor inmenso por él, un amor que nunca había sentido antes, según ella. Con el tiempo Héctor se cansó de querer recuperar la amistad de Ana y se mudó a otra ciudad.

Ana se casó y tuvo dos hijos con aquel chico, el cual después de haberse casado con ella ya no era esa persona tan amorosa y tierna, sino que desde ahí fue que él se mostró ante ella como verdaderamente era, una persona que cada día que pasaba le causaba más sufrimiento a Ana. Héctor por su parte llegó a convertirse en un gran artista, uno de los mejores y de los más famosos, se hizo multimillonario.

Un día Héctor decidió invitar a Ana y a su familia a su casa y mandó una limosina a que los buscara. El esposo de Ana no fue, ya que él tenía tres días fuera de la casa porque estaba con un amigo y andaban de bonche, él había salido sin el consentimiento de Ana porque él decía que era el hombre, que él mandaba y hacia lo que se le antojara cada vez que él quisiera.

Cuando Ana (con sus hijos), llegó a casa de Héctor, notó que él no había cambiado, que aunque él quisiera darle otra impresión en su interior seguía siendo la misma persona, entonces le pidió que si podían hablar a solas, Héctor le dijo que no había ningún problema. Ana le contó sobre todos los sufrimientos que ella había pasado y le preguntó que si él se acordaba de aquella vez que le había dicho que si ella aceptaba ser su novia, y él le contestó que si, entonces ella le dijo que si él hubiese seguido insistiéndole ella hubiese aceptado porque ella también se sentía enamorada de él, que ella solo quería asegurarse de que en realidad él estaba enamorado de ella. Héctor le dijo que ella lo conocía perfectamente y sabia que él le había pedido que fuera su novia con sinceridad, pero que ella lo había despreciado y que alguien en solo meses superó toda una vida que él llevó apoyándola en todo y siendo un verdadero amigo, que aunque fuese verdad lo que ella le decía de aquel entonces, sobre que si él seguía insistiéndole y sobre que ella estaba enamorada de él también, si él fuese otra persona no le creería, sino que pensaría que ella le estaba diciendo eso por lo que en él se había convertido y por su fama o por lo que él había conseguido, pero que como ese cariño que siempre sintió hacia ella nunca cambió, él nunca lo vería así y que ella podía contar siempre con él porque él nunca dejó de ser su amigo aunque ella se hubiese distanciado de él en aquel entonces.

4 comentarios:

  1. las amistades son como piedras que ayudan cruzar por el rio de la vida, hacia delante que ya nos han ayudados tantos y nos esperan mas adelante.

    Joaquin

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  2. Así es, y de la misma forma que alguien recibe ayuda de una amistad, llega el día en que esa amistad necesita la ayuda de quien ayudó en un pasado. Por eso uno debe valorar las amistades hoy porque en el mañana ellos se acordaran de uno.

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  3. Cuando vayas por los campos ten cuentas al pisar por los caminos no vayas ser que pisa el suelo de los abuelos perdidos, dice una cancion indigenas refiriendose que el mismo camino que hoy atravezamos ya otros lo pasaron y dejaron sus huellas.

    Joaquin

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