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viernes, 28 de junio de 2013

Meditación

La influencia de un consejo depende de quién aconseja.

Un día se encontraba un señor a eso de las once de la mañana sentado sobre una roca a la orilla de un río observando a los peces que nadaban de aquí para allá como si estuviesen jugando el juego que muchos niños juegan y al cual le llaman “el topado”. Aquello era todo un espectáculo; el río y las pequeñas piedras que se veían en el fondo del pequeño charco, los rayos del sol que se filtraban por entre los árboles, la mezcla de los sonidos del entorno, esa sensación de frío cuando una nube tapaba la claridad del sol en la cual la sombra se veía como si persiguiera a alguien entre el campo y la sensación de calidez al sol retomar protagonismo nuevamente.

Al cabo de un rato se escuchó la risa de unos niños que iban al río para tomar un baño y eligieron un charco que quedaba en la parte superior al que se encontraba el señor. Es típico que los muchachos cuando van al río no solo van a mojarse, untarse el jabón y tirarse al agua nuevamente para sacárselo, sino que disfrutan el momento y se divierten. Mientras los niños jugaban el agua empezó a ponerse turbia y así quitaban la transparencia a los charcos que quedaban más abajo. Una vez que los niños ya estaban cansados decidieron concluir el baño para luego irse a la casa, ya que tenían que alistarse para estar listos para ir a la escuela a eso de la una de la tarde.

El señor que aún se encontraba sentado en la roca mientras los niños pasaban les preguntó que si se habían divertido mucho a lo que ellos contestaron afirmativamente mientras sonreían, luego el señor añadió: niños durante sus vidas, a medida que vayan creciendo encontraran muchas cosas que les parecerán muy divertidas, pero tengan mucho cuidado porque muchas de las cosas que a muchos les parecen divertidas pueden enturbiar la vida de otros.

sábado, 8 de junio de 2013

Historia de un amor

¡Ah Dios! ¿Quién ha visto que un hecha días puede pretender a la hija de un hombre poderoso que le paga para chapear una parte de sus terrenos? Eso se oye como parte de un cuento de hadas, pero pensándolo bien eso tiene gran posibilidad de que pase, el caso está en que la dama le acepte y que la familia lo permita, y no es que tenga nada de malo, sino es que la sociedad planta una idea que en cierto punto tiene favoritismo -¡hay que dirá la gente!