Sucede que un señor que no había podido
encontrar trabajo en la ciudad que residía se mudó a una zona rural muy
poblada en donde sus habitantes no estaban muy familiarizados con las nuevas
tecnologías, de hecho los únicos aparatos tecnológicos que se podían observar
entre los moradores de aquella localidad eran el radio, la televisión y unos
pocos poseían teléfonos celulares que solo cumplían la función de hacer y
recibir llamadas y mensajes de texto, un teléfono celular que tuviese una
cámara VGA era algo increíble para ellos. En aquella zona rural había una
pequeña escuela que impartía clases de inicial y básica, pero carecía de
algún centro de salud cercano.
A sabiendas de esto, el nuevo vecino decidió
ir a la ciudad en la cual residía a aprender cosas básicas de medicina como
cocer heridas, poner inyecciones, tomar la presión, entre otras cosas, luego
compró algunos materiales médicos y contrató un servicio de Internet mediante
banda ancha y aunque no era medico decidió hacer un pequeño consultorio de
primeros auxilios junto a su casa.
El consultorio era visitado por toda persona
que residía en aquella zona cuando tenían alguna dolencia física a causa de
alguna enfermedad o herida, pues el nuevo vecino no les cobraba tanto y en la
mayoría de los casos lograba aliviar el dolor de sus pacientes ya fuese con
medicamentos de venta libre o remedios caseros.
El nuevo vecino no tenía conocimientos para
determinar la causa o las posibles causas de los malestares que sentían las
personas que recurrían a él, lo que el nuevo vecino hacía era que mientras la
persona le describía los síntomas él los buscaba mediante un buscador en
Internet utilizando la computadora portátil que había puesto en su escritorio y según los
resultados de su búsqueda determinaba la posible o definitiva causa de los
síntomas que presentaba la persona y a partir de ahí procedía a dar las
indicaciones dependiendo de las recomendaciones que se indicaban en la página
web a la que lo llevaba el motor de búsqueda. Si en la página web se describían
los síntomas como consecuentes de una enfermedad grave el nuevo vecino le decía
a la persona que su consultorio no estaba preparado para darle atención a ese
tipo de enfermedad, entonces le recomendaba visitar un centro médico de la ciudad que estuviese más especializado; y lo mismo hacía cuando se trataba de casos de partos.
Aunque el nuevo vecino no cobraba un alto
precio por las consultas consiguió hacerse de un gran capital monetario debido
a que las consultas eran continuas y aunque en realidad no poseía muchos
conocimientos sobre medicina, era visto por las personas de aquella localidad como
el médico de la zona.
Hola Joaquin,
ResponderBorrarVengo por tu propia recomendación, y la verdad es que me ha encantado, un tema muy actual cercano al tema de si la tecnología nos quita el trabajo pero con un final mucho mas social, más humano.
Gran trabajo amigo.
Un saludo
¡Muchas gracias Jorge!
BorrarMe alegra mucho saber que te gustó esta pequeña historia.
¡Saludos!