Frecuentemente he estado en el lugar equivocado. He amado
las cosas que otros odian porque a muchas personas le gusta estar en un mundo
fantástico, pero a mí me gusta estar en un mundo realista. Recuerdo que una vez
me pregunte a mí mismo ¿Por qué algunas personas lloran por la herida que ellas
mismas se ocasionan?
Hay que mirar más allá de lo físico, ya que la belleza
física muchas veces no pasa de solo ser una apariencia, la cual tiene su tiempo
límite.
Alcé la mirada y vi las nubes grises y me sentí contento
porque iba a empezar a llover y quizás iba a presenciar como un chico construía
el castillo de agua que le había prometido a su novia, pero perdí las esperanza
cuando vi que él se apresuró a resguardarse de la lluvia bajo un techo hasta
que la lluvia parase.
Tuve una respuesta, pero se me olvidó la pregunta por lo
ocupado que estaba buscando respuestas. Sostuve el pensamiento de que había
llegado a lo más profundo, pero no he encontrado nada.
Una vez hice una reunión con unos amigos y uno era
psicólogo, pero él también pensó que los demás se sintieron bendecidos al él
expresarse como un psicólogo y no como un amigo.
Frecuentemente he estado en el lugar equivocado
porque muchos se han hecho una realidad con las cosas que son inciertas y han hecho
de la realidad una falacia.