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martes, 30 de abril de 2013

Pensamientos



    Los seres humanos somos criaturas sensibles, tenemos sentimientos que se pueden ver afectados a causa de una ofensa, hay personas que ofenden a otros sin quizás darse cuenta, por lo que debemos tener cuidado de cómo actuamos y de lo que decimos ante otros. He visto personas que han perdido amigos a causa de una ofensa. Con las palabras podemos sanar, pero así también podemos lastimar, por eso pensemos bien lo que diremos, no sea que con nuestras palabras ofendamos a otros, pues, es más fácil destruir que crear.

    Hay personas que cuando quieren conseguir algo de otra prometen hasta cosas imposibles, y cuando lo consiguen se olvidan de lo que prometieron, algunas personas, incluso, tratan mal a la otra persona, la verdad es que nunca sintieron amor por esa persona, solo fue un amor fingido para conseguir lo que quería. Al parecer les gustan las fiestas de disfraces, mientras están en la fiesta tienen el disfraz puesto, y al salir, se quitan el disfraz para mostrar su verdadera identidad.

    Una persona debe tomar su propia elección al momento de tomar una decisión, ya sea de algo personal o de algún servicio. Una vez, un compañero no sabía que elegir entre algunos servicios y me pidió ayuda para que le ayudara a elegir el mejor de ellos, le dije que le podía ayudar, pero que sería mejor que él tomara la decisión, pues, yo trataría de imponerle el de mi preferencia y que quizás ese no le daría los resultados esperados por él cuando ya lo hubiese elegido. 

sábado, 20 de abril de 2013

Conversación (fragmento de mi libro "la semejanza del rostro de Dios")

Hace poco tiempo sostuve una pequeña conversación con un compañero, el cual me decía que no creía en la existencia de Dios porque no lo veía, y que él solo creía en lo que veía y no en lo que solo escuchaba. Le dije que Dios se presenta en varias maneras que son muchas veces difíciles de explicar, pero que él no las veía porque estaba vendando sus ojos para no ver y sentir su presencia, también le dije que nosotros, los seres humanos, somos la semejanza del rostro de Dios, ya que fuimos creados a su imagen y semejanza. Le pregunté que si él creía en la existencia de la voz, su respuesta fue sí, entonces le pregunté que por qué razón creía en la voz, porque la voz se escucha, pero no se ve.

miércoles, 10 de abril de 2013

El Folklore en República Dominicana


En este día donde el calor del sol hace de las suyas abrumando con sus rayos al campesino que se dedica a echar un día en una finca a fin de recibir un pago para llevar de comer a su familia, me siento a pensar debajo de una sombra, que aunque hace un calor terrible, una brisa fresca me golpea haciéndome sentir afortunado en gran manera. Y hablando de pensamientos aquí estoy tratando de mantenerme centrado en uno para de esa forma luchar contra los ataques de ansiedad y sus molestos síntomas que aunque no esté imitando la actividad del campesino trabajador en el momento, me hace sudar como si lo hiciere.

Repasando recuerdos me llega a la mente el tema del folklore, del cual leí un poco cuando estaba cursando el bachillerato.

Folklore significa “saber popular”, y hoy día se utiliza para designar las diferentes manifestaciones de un pueblo involucrando los cuentos, leyendas, música, adivinanzas, bailes, etc.

El término “folklore” fue acuñado por el escritor británico William Jhon Thomas el 22 de agosto de 1846. Este término se empleó por primera vez en República Dominicana el día 10 de febrero del 1884, es decir, 30 años después de que apareciera en Europa, apareciendo en un periódico de Santiago de los Caballeros llamado “El eco del pueblo”, en una carta que envió una persona con el nombre de Valle de Gracia, luego otras personas lo siguieron empleando hasta conocerse y hacerse común en la literatura y cultura dominicana.

Cada pueblo posee su propio folklore que lo identifica y ninguno es mejor ni superior a otro, sino que son diferentes, que a pesar de tener cosas comunes, cada uno es muy particular. Esto es lo que hace que cada pueblo sea autentico, por lo que República Dominicana posee su propio folklore.




Carnavarengue de Río San Juan (foto por Javier Ferreira)